Solemos quejarnos de tener comentaristas que no viven la moto, que símplemente simplemente están ahí como podrían estar narrando saltos de pértiga. Y eso, quieran o no, la afición lo nota en cada palabra y frase. Pero tenemos que reconocer, de la misma manera que criticamos, que en las retransmisiones contamos también con personas que han dedicado absolutamente toda su vida al motociclismo. Personajes ilustres representantes y bandera de un sentimiento y forma de vivir. Puede que a veces resulten “cansinos” o que hagan algún comentario desafortunado, pero no se les puede negar que ponen todo de su parte para hacerlo lo mejor que pueden. Desde las primeras retransmisiones de un nerviosísimo Álex Crivillé, pasando por el ¡qué bonito! de Ángel Nieto hasta el ¡wow! de Dennis Noyes, justo donde quería llegar.
Álex, ese Campeón del Mundo que se desenvuelve ahora ya con una naturalidad ante la cámara que otros campeones ni si quiera se pueden imaginar, fue, sin él saberlo, uno de los mayores ¡wow!‘s que Dennis ha soltado en televisión. Ocurrió en 1999, en la última vuelta del Gran Premio de Catalunya donde Crivi se fusionó con las gradas de Montmeló para escribir uno de los momentos más emocionantes de la historia del circuito.
¡No me hagas esto chicou!”
Volver a ver estas imágenes ha sido como revivir el gol de Andrés Iniesta, una afición entregada, volcada, vitoreando y apoyando, sin favoritismos ni fanatismos, todos a uno, todos con Álex. Cuando por fin adelanta a Okada las gradas están a punto de caerse, Toby Moody y Dennis Noyes se emocionan como si fueran su propio hijo el que esta a punto de proclamarse campeón.
Estos momentos de pasión son los que han ido yendo a menos porque los números y las estadísticas han ido abriéndose sitio. ¿De verdad importa si uno consigue más victorias 20 días antes que otro? Aunque no quiero ilusionarme, tengo puestas todas mis esperanzas en que Telecinco se de cuenta de lo que necesita MotoGP y sepa elegir en consecuencia.