Ayer pudisteis leer la primera parte de este manual para arrancar una moto. Lo primero que hicimos fue comprobar todo el circuito de alimentación de gasolina y el carburador. Si aún así la moto se resiste a arrancar, nos queda por comprobar la otra parte importante que interviene en el funcionamiento de un motor, la parte eléctrica.
Así que volvamos al garaje pertrechados con nuestro equipo de herramientas. Dale a la luz y empecemos a comprobar que pasa con esos electrones díscolos que no hacen su trabajo como debieran. Ponte los guantes y empecemos.
Doctor Frankenstein, supongo
El sistema eléctrico de un motor es relativamente sencillo. Al girar el cigüeñal se mueve también un sistema que funciona como un interruptor, y que se encarga de determinar el momento exacto en el que tiene que saltar la chispa en la bujía dentro del cilindro. Si esta chispa no salta en el momento adecuado, o no lo hace con la intensidad necesaria el motor funcionará mal. Pero puede que funcione algo.
En los motores más antiguos se utilizaba un interruptor mecánico para controlar esta chispa. Este interruptor se conoce por el nombre de platinos. Y no es más que eso, un interruptor que cuando se separa interrumpe la corriente que alimenta el encendido y en ese momento hace saltar la chispa entre los electrodos de la bujía. En los motores más modernos esta función la cumple un interruptor electrónico, que lo activa un imán, así, al no haber nada que se toque, se consigue que dure más tiempo sin necesidad de ajuste, el funcionamiento sea más regular y se pueda girar a muchas más revoluciones.
Volviendo a nuestro motor que no arranca, para comprobar si la bujía produce chispa, lo más fácil es desconectar uno de los cables que las conectan. En el lugar en el que iría la bujía instalamos una bujía nueva y con esta tocando una parte metálica del motor le damos al contacto y una patada a la pata de arranque o al botón de arranque. Con unos pocos giros deberíamos ver unas chispas de alta tensión saltando entre la bujía y el punto de contacto con el motor. Cuidado porque esas chispas son de muy alta tensión, y si recibes uno de esos chispazos pueden llegar a causarte incluso quemaduras profundas además de un “latigazo” considerablemente doloroso. Otro detalle a tener en cuenta es no hacer esta comprobación demasiado cerca del agujero de la bujía, ya que por ahí puede salir gasolina y producirse una deflagración.
Si no hay chispa nos quedan pocas opciones. Si el motor cuenta con platinos hay que comprobar si se mueven. Porque si el motor ha estado mucho tiempo parado pueden acabar pegados. De todas maneras en los problemas eléctricos siempre hay que intentar comprobar primero las cosas sencillas, como las conexiones, que los cables estén en buen estado, las bujías. Si a pesar de todo esto sigue sin funcionar hay que pasar a hurgar en los platinos (si los hubiere) o en el encendido. Esto último requiere herramientas un poco más complejas y conocimientos que es difícil describir aquí.
¿Platinos? Anda, si eso se mueve
Si nuestro motor cuenta con unos platinos, y estos son accesibles, podemos probar a sustituirlos. Pero tendremos que saber en que punto ha de saltar la chispa. Esta información suele estar en manuales, o por la red. Ya que cada motor requiere que ese momento se produzca con precisión. El procedimiento, una vez instalados los platinos nuevos y el condensador (son dos piezas que suelen dejar de funcionar a la vez) hay que ajustar la separación de las dos partes de los platinos. Esto se regula con los tornillos que lo sujetan al motor y se comprueba con unas galgas (que son unas láminas de metal de un espesor determinado). Si los platinos no se separan lo necesario o se separan demasiado, la chispa no será la adecuada. El punto en el que salta esa chispa se controla girando en un sentido u otro la base de los platinos.
Ese punto en el que salta la chispa se puede comprobar con una bombilla y una batería. Identificamos el cable que va desde los platinos hasta la bobina de alta, e intercalamos ahí nuestra bombilla. Conforme va girando el cigüeñal la bombilla lucirá con más intensidad en el momento en el que se separan los platinos. Sólo nos queda identificar ese momento con el punto en el que se encuentra el pistón en su carrera de compresión. Este dato suele darse en grados de circunferencia antes del punto muerto superior.
En un motor con varios cilindros este ajuste es un poco más complejo, ya que hay que, además, identificar cual de los cilindros es el que primero “enciende” y calibrar el sistema a partir de ahí. Esto, que así descrito parece un trabajo complicado, en cuanto lo haces un par de veces se transforma en algo rutinario. Porque si tu moto tiene unos cuantos años tendrás que revisar este tipo de cosas con cierta frecuencia.
Todo comprobado, ¿y ahora qué?
Con todo esto que hemos comprobado, si no has muerto en el intento, el motor debería arrancar. Pero si no es así, no debemos decepcionarnos. La mecánica no es muy complicada, pero un sólo detalle que hayamos hecho mal puede dar al traste con toda nuestra ilusión. Así que hay que armarse de paciencia, buscar toda la información disponible sobre nuestro motor/moto antes de hacer nada. Y si cuentas con la ayuda de un amigo que haya hecho ese procedimiento antes, aún mejor. Nadie nace con todos los conocimientos, y siempre hay una primera vez. Y os puedo asegurar que cuando lo haces correctamente y funciona la satisfacción personal es de las mayores del mundo.
El último consejo es para saber cómo tienes que dar la patada de arranque si no tienes un motor con arranque eléctrico. En este caso debes buscar el punto muerto superior, justo en el que la pata de arranque opone más resistencia. Algunas motos cuentan con un descompresor que permite buscar este punto, pero si no tienes que aplicarte con fuerza en la palanca. Una vez conseguida esa posición se da una patada contundente, y si todo está correcto el motor debería arrancar.
En los años que llevo arrancando motores no he tropezado con dos que funcionen igual. Algunos necesitaban un par de patadas previas sin tener conectado el encendido. Otros arrancaban a la primera patada sin necesidad de tirarles del aire. Pero una vez anotado el procedimiento correcto, sólo hay que repetirlo para tener el éxito garantizado.
Si todo va bien podrás añadir a la sensación de haber arreglado esa moto que conduces, la sensación de dejar con la boca abierta a los posibles observadores a tu alrededor (sean del sexo que sean) y que esperan que falles para aumentar el escarnio y la mofa que están esperando para dedicarte. Esto de hablar de mecánica en un blog puede parecer algo muy complicado. Pero ya os he avisado que íbamos a hablar de lo más básico. Porque por algún sitio hay que empezar. Así que espero que los que tengan más experiencia mecánica me perdonen por dar unas pinceladas tan superficies como las que he dejado aquí.
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