Los aficionados al motor más tradicionales no pueden estar contentos con las últimas noticias que conciernen a Harley-Davidson. La firma de Milwaukee lleva un tiempo que no levanta cabeza. Sus ventas caen, reciben sanciones (aunque Donald Trump les echó un cable de 3 millones de dólares), y para colmo Indian bajo el paraguas de Polaris se ha convertido en un rival temible.
Su modelo de negocio se está viendo sacudido y ya el año pasado tuvieron que despedir a 118 trabajadores en la planta de Nueva York, pero ahora la cosa pinta aún más fea porque han decidido cerrar su factoría de Kansas City según el Chicago Triune.
La caída de ventas está afectando duramente a Harley-Davidson
Obligada por una reducción de demanda de un 6,7% a nivel global, la marca de motos más asociada con la bandera de las barras y estrellas está reestructurando su línea de producción. Estas son tristes, pues significan que su planta de Kansas City se va a cerrar y dejar en la calle a 800 personas. A cambio, Harley-Davidson espera consolidar la factoría de Nueva York sumando 450 nuevos empleos allí.
Como era de esperar, el descontento se ha apoderado de los trabajadores de Kansas, quienes han afirmado que ni siquiera les avisaron con tiempo pese a que se venía rumoreando el cierre de las instalaciones desde hace meses. Un malestar que se extiende ahora a otras instalaciones de la marca como las de Missouri.
Para contrarrestar esta tendencia tan negativa, Harley-Davidson se está esforzando con los últimos modelos revolucionando una gama donde han desaparecido las V-Rod y las Dyna, y que para 2019 ya han confirmado que abrazarán su primer modelo 100% eléctrico.
Veremos cómo encajan los seguidores de la marca este viraje hacia la modernidad. Está claro que cada vez quedan menos harlistas fieles y un salto generacional es necesario para la histórica marca fundada en 1903.