En 2014 se estableció una relación 2,2 a 1 entre motos usadas y nuevas vendidas en nuestro país. Algo que no es nuevo, ya que en 2013 la relación ya era de 2,4 motos usadas por cada moto nueva que se vendía. Esto viene a dejar bastante claro que la gente sigue sin acceder a créditos que le permitan comprar una moto nueva y prefieren ir con los ahorros en mano a comprar algo usado que les permita moverse en medio de los atascos.
Esta situación tiene un "reverso tenebroso" porque el parque de motos usadas que más se está moviendo es el de las motos de más de diez años. Este segmento creció un 13,6% en 2014. Y el principal de estos negocios incluye a dos particulares en el 90% de los casos, mientras que el resto incluye a un compra-venta y un particular. Aunque el sector de los compra-venta está creciendo poco a poco ya que cada vez más los compradores buscan una garantía profesional en este tipo de transacciones.
Así que por un lado la gente se compra motos cada vez más antiguas porque es lo único que se pueden permitir. Y por el otro, los mismos gobernantes que pasan de ayudar al sector se entretienen poniendo más pegas a su circulación porque son vehículos más contaminantes y menos seguros. Luego me llamaréis conspiranoico, pero si este panorama no huele a que están intentando matar el mercado de la moto que venga dios y lo vea.
Tampoco es que uno pida que nos regalen motos para renovar el parque, no, pero que tampoco nos persigan como si fuéramos el causante de todos los males del mundo mundial, porque no es así. Con un parque de motos cada vez más antiguas, con muy pocos nuevos titulares del carné A2 y casi ningún nuevo titular del carné A, en cinco años más tendremos que cambiar el título de Motorpasión Moto por el de Motorpasión MotoGeriátrico y en vez de hacer pruebas de motos acabaremos haciendo pruebas de sillas motorizadas. Menudo panorama.
Fuente | Ganvam
Foto vía Flickr | Driver Photographer