De entre todos los moteros que han besado el suelo alguna vez, o han estado a punto de hacerlo, hay un buen puñado que lo ha hecho por ese error tan común apodado fijación en el objeto. Puede que hayas oído hablar de ello, que no tengas ni idea o que te aprendieras la lección sacándote el carné o leyendo las tiras del Joe Bar. En todo caso una lectura en busca de la mayor seguridad en carretera siempre es recomendable.
Sea como fuere, vamos con unos ejemplos gráficos y a continuación analizamos cómo evitar estas dolorosas caídas, tanto para el cuerpo como para el orgullo y el bolsillo.
Primer caso
Segundo caso
Aquí encima tenéis los ejemplo uno y dos, protagonizados por pilotos con muy poca experiencia que probablemente estén dando sus primeros pasos en el mundo de las dos ruedas. En ambos casos la velocidad con la que llega a la curva es suficientemente reducida para tomarla sin ningún tipo de dificultad pero, sin embargo, vemos como ambos se salen de la calzada.
Seguramente en alguno de los segundos anteriores a la salida del asfalto el piloto ha mirado a un objeto situado fuera de la carretera. En el primer caso se percibe un pequeño instante de pánico en el que el protagonista cree ir demasiado rápido. Sus reflejos le incitan a agarrar el freno y fruto del descontrol fija su mirada en el guardarrail cercano. Un error "tonto" que bien podría haber costado un disgusto tanto a él como al amigo que graba la escena.
En el segundo caso – avanzad hasta casi el final – vemos más de lo mismo. El piloto pierde la concentración un segundo cuando está tomando la curva y al volver en sí fija su mirada en el exterior. La acción transcurre a una inquietante velocidad -de 30km/h…- (parece que son revoluciones y no millas) sí, una idiotez que de nuevo te puede amargar una buena temporada.
Tercer caso
El tercer caso es un buen ejemplo de cómo hasta el que se cree más rápido puede cometer este tipo de errores. Y digo cree, porque su cuerpo habla por él: se le ve muy poco dinámico y suelto encima de la moto. Nuestro protagonista, siguiendo a un tipo con muy poco aprecio por su cara, entra dando gas, abre la trazada y el pánico le inunda. Suelta el gas y una vez más mira a la pared conduciendo su moto en línea recta hacia la arena.
¿Cómo evitarlo?
La fijación en el objeto es una reacción involuntaria natural y es que cuando intentamos esquivar un objeto nos fijamos en él, a ver quién se atreve a esquivar un pelotazo sin mirar a la bola.
La costumbre y la experiencia ayudará a mantener la calma en situaciones límite y a saber cómo de lejos se encuentra esa barrera. De este modo cada vez que cojamos nuestra moto tenemos que hacerlo en plenas facultades, concentrados en todo momento en la conducción y teniendo muy presente que la moto va siempre allí donde estamos mirando, es por ello que en los exámenes en circuito te recomiendan mirar al final de la línea.
Si como yo sois aficionados también a los pedales, podéis poner en práctica ejercicios de entrenamiento muy sencillos. La distancia de la bicicleta al objeto en montaña por ejemplo es muy pequeña y pasar entre dos árboles o rocas se basará en mirar exactamente al punto por el que debes pasar para no impactar con los obstáculos. No tengo ninguna prueba científica que lo demuestre pero desde mi experiencia puedo decir que conocer cómo funciona esa reacción natural me ha ayudado a controlarla y me ha ahorrado algún que otro rasguño.
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