En el mundillo de los Scooter clásicos existe una ley no escrita que dice que cuanto más antigua es la moto que conduces más categoría tienes. Eso está bien, porque la gente se esfuerza en conseguir poner en marcha motos clásicas, aunque en ocasiones los precios de las restauraciones se disparan tanto que muy pocos pueden conseguir hacerlo de verdad. En el segundo escalafón se encuentran las motos de los años ochenta-noventa, que sin ser tan espectaculares como las motos más antiguas todavía conservan buena parte de su glamour. Y por último se encuentran las motos más modernas, que ni cuentan con la línea de las más clásicas ni con el gustillo de las ochenteras.
Entre estas últimas es muy fácil ver transformaciones para adaptar su imagen más actual al estilo más retro. Y quizá la mayor pega de estas es que te acabas gastando un montón de dinero para acabar teniendo una moto que no deja de ser algo trasnochado. Pero resulta que existe una opción que han puesto a la venta unos señores escoceses, que se llaman Vivo Scooter, y que te ofrecen por un precio “razonable” todas las piezas necesarias para que tu Vespa PX o LML Star actuales acaben viéndose como una Vespa GS de los años cincuenta.
Para acabar la transformación en el apartado de luces te venden un piloto trasero adaptado a las líneas del chasis de las motos modernas pero con la forma de las luces clásicas. El punto quizá más comprometido es reemplazar la “nariz” cuadrada y feota de una moto moderna por una redondeada y respingona con forma clásica. Y digo que es más comprometido porque sin ese cambio la línea estética se pierde y he leído en algún foro que el accesorio de Vivo Scooter es demasiado justo para esconder tras él la maraña de cables que oculta la “nariz” original. Pero estoy seguro que algo se podrá hacer.
Por último también te ofrecen las piezas para cambiar el guardabarros delantero por otro con línea clásica, un suplemento para sustituir el bumper trasero y una tapa del manillar de líneas mucho más redondeadas sobre la que se instala un cuentakilómetros de aspecto clásico pero con toda la información necesaria para una moto moderna.
¿Y qué cuesta todo esto? Pues la versión sin pintar está por 650 libras esterlinas (740 euros aprox) mientras que si la quieres pintada tendrás que gastarte 950 libras esterlinas (casi 1.100 euros) Todo esto más los portes, que no suelen ser baratos. Además a estos precios tendrás que sumarle las 50 libras esterlinas (56 euros a día de hoy) del cuentakilómetros, que no va incluido en el kit y la mano de obra si no te lo instalas todo tu mismo.
El resultado final es interesante tal y como se puede apreciar en el vídeo, aunque seguro que cuando se den cuenta los más puristas de que la moto que llevas no es una clásica de verdad tendrás que aguantar algunos chascarrillos y los comentarios habituales, pero la línea de tu moto habrá mejorado considerablemente sin haber tenido que gastarte los miles de euros que cuesta comprar una moto de más de cuarenta años y restaurarla hasta dejarla perfecta.
Vía | 2 Stroke buzz
Más información | Vivo Scooters