- Buena, que soy Sete. No te lo vas a creer pero…
Así solía empezar, o acabar, la entrevista que no llegaba de Buenafuente a Sete Gibernau. David Fernández, el cómico que dio vida a Rodolfo Chikilicuatre, a El Gilipollas o al extremeño que quería ser vasco, llamaba al plató del programa de por entonces Antena 3 para poner una excusa por la que hoy no podría asistir, excusa del tipo "una farola se me ha echado encima".
Todo aquel pitorreo no era más que la actitud social de los fans ante la mala suerte que sufrió el piloto catalán durante sus mejores años, irónicamente. La misma historia la vimos primero con pilotazos como Carlos Saínz, así somos.
Hemos hablado de Max Biaggi como una leyenda, como el anti-héroe, o el héroe, según se mire su duelo con Valentino Rossi. Pero lo cierto es que, declaraciones y fanfarronadas aparte, el piloto romano no tuvo nunca nada que hacer contra Il Dottore.
Soy de los que piensa que uno es quien es en relación de la gente de la que se rodea. Siguiendo esta máxima bastará con recordar que durante sus mejores años compartió pista con Max Biaggi, Loris Capirossi, Alex Barros, Colin Edwards, Noriyuki Haga, Marco Melandri, Troy Bayliss o Carlos Checa… y a todos ellos se los estuvo repasando durante dos temporadas. Entonces, ¿quién es Sete Gibernau?
Hace unos días recordabais en los comentarios al bueno de Sete, su actitud abierta hacia los aficionados y a cualquier sugerencia. Sete, pues, debería ser recordado como el único piloto que fue capaz de plantar cara al que muchos señalan como mejor piloto de la historia, Rossi. Cuando éste se dedicaba a dar las últimas vueltas de cada GP cruzando la Honda en cada vuelta Sete le complicaba un poco la vida.
Recordarán todos la última vuelta de Gran Premio de España en Jerez 2005. Fue quizás el mayor de los roces entre el catalán y el piloto italiano y, aunque los abucheos de las decenas de miles de personas que poblaban las gradas no los disimularon ni en televisión aun habrá quién dirá que no fue una guarrada, con lo fácil que es llamar a las cosas por su nombre. Entonces el campeonísimo no tardó en reírse del "dolor de hombro", pero los años le han enseñado que el hombro es una zona delicada con la que hay que tener especial cuidado, ¿verdad?
Aquel incidente no fue más que el comienzo de una pesadilla. Quedarse sin gasolina en la última vuelta del GP de la República Checa del mismo año y un buen número de caídas incluyendo algunas mientras lideraba la prueba no ayudaron a mejorar su imagen.
En España nos olvidamos muy pronto de que había salvado dos temporadas de la categoría reina que sin él hubieran tenido el mismo efecto somnífero que las retransmisiones de La Vuelta a España. Le quitamos los éxitos y nos quedamos con la mala suerte, con los fallos y las caídas para hacer el chascarrillo, el chiste fácil y la gracieta de turno. Somos así, es inevitable.
Hoy, a pesar de recordar aun su última andadura por MotoGP con nada más y nada menos que Paco "el Pocero" podemos echar la vista atrás y reconocer el valor de sus hazañas. Si nos lees, gracias Sete por lo que nos diste, por tu dedicación por completo al deporte y tu sinceridad.
Para más información visiten su web donde encontraréis un libro virtual de lo más interesante con decenas de fotos repasando sus mejores momentos desde el Criterium hasta la Ducati Desmosedici. Al final del libro encontraréis varias camisetas a la venta… cuyo importe íntegro va destinado a una asociación que se dedica a la integración de las personas con discapacidad psíquica.
Y no me despido sin recordar antes que Sete finalmente sí que acudió al programa de Buenafuente protagonizando una de las "vendas" más famosas del lateshow. Y sobre la mala suerte tuvo el valor de apuntar lo siguiente:
"Si catalogamos mi año de mala suerte creo que es una falta de respeto para mucha gente. Mi vida, lo que yo hago, mi profesión, cómo vivo o mi pasión por el deporte creo que no se puede catalogar como mala suerte. Si tengo mala suerte por no haber ganado un campeonato del mundo se la deseo al 99% de la gente."
Foto vía | Ducati Corse